¿Reemplazará la IA a los reclutadores?

El papel de un reclutador

¿Qué hace un reclutador? Es algo más que encontrar talento y cubrir un puesto. En ese proceso intervienen muchas cosas.

Tanto si el reclutador trabaja internamente como si es contratado como proveedor de servicios, debe, ante todo, comprender las necesidades de su cliente. Un puesto vacante no significa que cualquiera (o cualquier cosa) pueda cubrirlo. Se necesita precisión, experiencia y la oferta ideal.

Un reclutador suele trabajar a partir de un grupo de candidatos que probablemente ya tienen un empleo. A menudo hay que convencer al candidato de que deje ese trabajo por otro que le ofrezca más sueldo y/o prestaciones, una mayor calidad de vida, la oportunidad de progresar o la posibilidad de trabajar en una empresa interesante. Las estadísticas muestran que la mayoría de la gente permanece en un trabajo menos de cinco años. Eso deja mucho margen de maniobra a los reclutadores para hacer de las suyas.

Cuanto más alineado esté el reclutador con la cultura de la empresa de su cliente, más eficazmente podrá encontrar a la persona perfecta. Conocen las aptitudes necesarias para cumplir los requisitos del puesto y el tipo de persona que encajará en la cultura. Se necesitan ambas cosas para que la colocación tenga éxito.

 

¿Se puede sustituir a los reclutadores?

La IA está poniendo nerviosa a mucha gente. Por muy importante que sea la IA para el avance de nuestra sociedad, el jurado aún no ha decidido si es algo bueno o no. Si la IA puede hacer lo que hacen los humanos, ¿qué significa eso para el futuro del lugar de trabajo? ¿Se subcontratarán nuestros trabajos a robots y ordenadores?

Si se pregunta a cualquier persona de cualquier sector cómo se siente ante la posibilidad de que la IA le sustituya, lo más probable es que escuche una lista de razones por las que su trabajo nunca podría ser ejecutado eficazmente por un ordenador. Nadie quiere creer que es "reemplazable". Lo cierto es que la IA ya ha hecho mella. Desde la fabricación al transporte, desde el desarrollo de productos a la distribución y desde el marketing a las finanzas, la IA está en todas partes. Las personas tienen que replantearse qué valor aportan al mercado.

¿Y la contratación? ¿Puede la IA clasificar a los candidatos, utilizar algoritmos para elegir al mejor candidato para un puesto concreto y negociar la oferta? Profundicemos un poco más.

Chatbots

Los chatbots están sustituyendo al soporte de nivel 1 y 2 en muchos departamentos de atención al cliente. Puede que no sean capaces de responder a preguntas complejas, pero ayudan eficazmente a los clientes con cuestiones más básicas y habituales, como pagos, información sobre la empresa, enrutamiento de llamadas, búsqueda de productos específicos, etc. La mejor estrategia de atención al cliente incluye un enfoque híbrido: utilizar chatbots para las consultas más sencillas y permitir que un representante humano intervenga cuando sea necesario.

Puede que los chatbots hayan sustituido a algunos agentes de atención al cliente humanos tradicionales, pero también han ayudado a los consumidores a obtener sus respuestas más rápidamente y con menos fricción. Gracias a su enfoque híbrido, los bots pueden ofrecer una resolución rápida, mientras que los representantes de atención al cliente pueden centrarse en interacciones más significativas. El cliente y la empresa salen ganando.

La contratación puede hacer lo mismo, y probablemente lo hará. Un chatbot puede ayudar a los candidatos a rellenar cuestionarios y currículos, ayudarles a programar citas y entrevistas y hacer un seguimiento automático. Un reclutador humano es valioso para establecer la relación con el candidato y el director de contratación, mediar entre los dos durante las negociaciones de la oferta y mantenerse en contacto con ambas partes para asegurarse de que todo va bien. Trabajando en tándem, todo el proceso de colocación se agiliza sin dejar de ser personal.

Automatización

La automatización se ha convertido en el modo de vida de todos nosotros. Hay innumerables tecnologías automatizadas que utilizamos a diario y que han sustituido a los dispositivos manuales, y muchas de esas tecnologías están centralizadas en un único smartphone. Con la automatización, podemos realizar varias tareas a la vez como nunca antes, encontrar información con solo pulsar un botón y hacer casi todo lo imaginable.

¿Cómo puede beneficiar la automatización al reclutador? La automatización puede sustituir a las búsquedas por palabras clave y descalificar los currículos que obviamente no encajan. La automatización puede acelerar la búsqueda de competencias, años de experiencia, formación y requisitos de ubicación. Puede ahorrar al reclutador un tiempo considerable al ocuparse de estos aspectos básicos, de modo que el reclutador disponga de todos los datos que necesita para realizar su trabajo mejor, más rápido y con mayor precisión.

 

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Incluso con todas las ventajas de la automatización, el reclutador sigue desempeñando un papel fundamental. Una persona que busca trabajo está tomando una gran decisión sobre su futuro. Ese proceso nunca estará automatizado al 100 % porque hay mucho en juego. Tanto la persona que busca trabajo como el responsable de contratación tienen que conocerse. Tienen que comunicarse, conocerse un poco y asegurarse de que todo encaja. El proceso de negociación también puede ser complicado. Aunque los candidatos quieren una gran oferta que probablemente podría ser entregada a través de un bot o a través de medios automatizados, es probable que quieran más. Quieren interacción humana: saber que se les quiere, que podrían trabajar para y con determinadas personas, que tienen voz.

Toque humano

La IA y la automatización tienen su lugar, sin duda. Han cambiado nuestra forma de vida para mejor en la mayoría de las situaciones. Sin embargo, seguimos queriendo el toque humano. Nos necesitamos. Solo los humanos pueden entender las relaciones. Sólo los humanos pueden transmitir compasión, empatía y emociones reales. Son rasgos que todos necesitamos de los demás para sentirnos humanos.

Los reclutadores proporcionan esa atención. Establecen relaciones con sus clientes y con el solicitante de empleo, al menos los buenos. Conocen a la familia del solicitante de empleo, sus objetivos, lo que sus experiencias pasadas aportan al trabajo, no en términos de currículum, sino del valor personal que aportan.

 

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Asimismo, es probable que hayan trabajado antes con la empresa cliente y conozcan a los responsables de contratación. Entienden que a veces los requisitos del puesto no mencionan ciertos atributos personales que serán necesarios. Saben cómo trabaja el equipo y qué esperan de un nuevo miembro, más allá de lo que figura en el papel.

Los mejores reclutadores son capaces de combinar ambas cosas a la perfección. Cuando un cliente les habla de un puesto vacante, pueden profundizar y aprovechar lo que saben para identificar a los candidatos ideales que encajan en el puesto en todos los sentidos. Ninguna tecnología de IA puede hacer eso.

Trabajar en armonía

Al igual que las organizaciones de atención al cliente han descubierto cómo aprovechar las ventajas de la IA y la automatización con la humanidad de los humanos, los reclutadores pueden hacer lo mismo. Pueden aprovechar el valor que aporta la IA a la hora de depurar y clasificar candidatos y ayudar en el proceso de colocación, al tiempo que se ocupan de la parte relacional del negocio.

Es ese aspecto relacional el que ganará y retendrá clientes. Si la IA pudiera hacer todo el trabajo del reclutador humano, habría poco que separara a los proveedores de estos servicios. El reclutador humano será el elemento diferenciador. La atención personal que ofrecen y las relaciones que establecen será lo que les haga destacar. Ser capaz de ofrecer la tecnología con lo personal es la clave del éxito.